Los paisajes de vid se han destacado por su contexto histórico, geográfico,
enológico, artístico y cultural. El ejercicio de una casa desplantada en un contexto tan
característico, tiene el reto de convertirse en un habitáculo que coexista con el paisaje y
las vistas circundantes y a su vez, genere privacidad a su interior.
Casa Vid fragmenta sus espacios en volúmenes ciegos, que al separarse enmarcan
vistas que se funden con el contexto.
Al hablar de una casa sensible a un paisaje, Vid es un proyecto que se explica desde el
exterior, desarrollándose a través de sus jardines.
La forma en cómo se desplanta la casa sobre el terreno permite generar tres grandes
patios con una gradación del espacio público al privado.
El primer jardín conforma la fachada y crea un vínculo entre el paisaje de vid y la casa;
cuenta con una escalera pausada que vestibula el recorrido hacia una terraza mirador
con vista a los campos de vid.
Un segundo jardín nos sorprende como un intersticio de los volúmenes que conforman
la propuesta, resultando en un gran patio arbolado que acoge el área pública.
En la parte posterior el tercer jardín es enmarcado por los espacios de la habitación
principal y el salón familiar respondiendo a una atmósfera de silencio y serenidad.
Casa Vid premia sus espacios públicos con vistas horizontales que se extienden a
jardines y corona sus espacios privados con dobles alturas que generan estancias
frescas y monumentales.
La propuesta es una invitación a entender el paisaje de una manera más cotidiana,
entramando los usos interiores y exteriores en un modo de habitar que recupera la
experiencia de una vida campestre.